jueves, 3 de mayo de 2007

La calidad de nuestra obra

Cuando ilustramos, rara vez tenemos ocasión de aplicar todo lo que sabemos hacer, mucho menos todo lo que sabemos que nuestra ilustración debiese hacer. Como “artistas” y comunicadores tenemos un millón de inquietudes, pero por desgracia, debemos someter la calidad de nuestro trabajo a las dos únicas variables que, finalmente, importan sobre todas las demás: plazos y presupuestos.

Si los plazos y el presupuesto lo permiten, de seguro que te dedicas más a los pequeños detalles: la luz rebotada de unos objetos sobre otros, la calidad de la atmósfera, el cálculo preciso de la perspectiva y otras mil cosas que, irremediablemente, van pasando a segundo plano. Finalmente, sólo terminas preguntándote con cuánto tiempo cuentas y si vale la pena seguir dedicándole tantas horas a esos pequeños detalles por lo que no te van a pagar, en los que nadie más se fijará y que exigen mucho más tiempo del que originalmente habías asignado a esa ilustración.

Plazo y presupuesto son determinantes, aunque claro, no son los únicos factores que limitan la calidad de nuestro trabajo. Hay otras muchas cosas que en su momento simplemente no sabías cómo hacerlas, así de simple. Hay, quizá, algunos errores que cometiste en alguna ilustración y simplemente no los viste en su debido momento, ya sea porque estabas distraído, porque eras más ignorante que hoy en día o simplemente porque no quisiste seguir insistiendo. Al final, también hubo cosas que no ves cuando estás trabajando pero terminas notándolas cuando tu ilustración ya está publicada... y dan ganas de volver a ella para mejorarla o quizá, incluso, hacerla de nuevo. Pero ya no puedes, no te alcanza el tiempo ni las ganas, terminas de trabajar cansado y no quieres ni saber del tablero de dibujo.

Al final, la calidad de tu trabajo rara vez resulta igual a la que esperas, rara vez cuentas con el tiempo para hacerlo y, como ilustrador indisciplinado que eres, cuando cuentas con el tiempo no sabes aprovecharlo… no mientras sigas siendo un niño grande y no puedas resistir la tentación de tu consola de videojuegos o la videoteca de dibujos animados.

Ilustración: Etiqueta para vino "Merlot" de Viña del Carmen.

2 comentarios:

Sebastian Brugnoli dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sebastian Brugnoli dijo...

Diablos que es dificil controlar tu propio tiempo. Supuestamente me abunda el tiempo ahora, pero despierta tal voracidad de cosas por hacer, que termino haciendo nada. Oh! creeme que te comprendo.

Avisa cuando el nuevo sitio este listo.

Saludos.